por Jon Arana. Fotos del Club Hondarribi-Marlaxka.
En preferente, nos hemos quedado a medio punto de ascender, y nos hemos tenido que consolar con el segundo puesto. Al final, quedar segundo siempre te sabe a poco si es que has tenido cerca el poder ganar; es ahora cuando te acuerdas de la típica partida de inicio de liga que con una gran ventaja no pudiste ganar (o incluso la perdiste, de esto doy fe); te acuerdas aquella partida en la que el motor de cálculo del Fritz hace chiribitas con la valoración a cada movimiento tuyo.
Creo que deportivamente el equipo ha hecho un año notable (tampoco teníamos la obligación de quedar primeros!), pero sobre todo me quedo con la piña que hemos sido y con que realmente hemos sido un equipo. En las jornadas en las que teníamos que desplazarnos, durante el viaje en coche prácticamente solo se hablada de temas ajedrecísticos: que si la variante tal, que si he visto que el rival juega nosequé, que si he estado mirando la variante que me jugó el año pasado, que si tenemos a Billabona a nosecuántos puntos,bla,bla,bla… Yo, de vez en cuando, metía con calzador algún comentario futbolístico sobre el Eibar, porque de lo otro me tenía que callar. Estas conversaciones a mí por lo menos, me motivaban ya que veía que el compromiso con el equipo era máximo (incluso en la última ronda, hasta se comentó las posibilidades que teníamos con el desempate Sonnen).
A la vuelta el tema variaba ligeramente, ya que se volvía comentando posiciones ocurridas en las partidas jugadas. El panorama era el siguiente: Rikar y David comentando las partidas y las aperturas/variantes utilizadas; que si en el libro de Avrukh (me suena que se escribe así) aparece tal, que si hay una partida en la que Kasparov gana una posición similar nosecómo etc, etc. Julen, futuro físico científico y actual físico de la Siciliana, volvía de las partidas generalmente bastante callado, siempre en el asiento de atrás, seguramente pensando ya (Saturday night fever) en alguna chavala que tendrá en el punto de mira; y yo, el chófer, casi siempre callado pensaba: “tú calla y conduce, que justo justo te sabes el nombre de un par de variantes”. Mientras escuchaba a David y Rikar en esas conversaciones yo me autoengaña (a veces) y me proponía mirar algo de teoría; esta emoción solamente duraba unos minutos, en cuanto dejaba el coche en el garaje y llegaba a casa ya ni me acordaba del libro Avrukh.
Por otro lado, me ha encantado jugar este año en el equipo con:
– Rikar, un maestro para nosotros, nuestro tablero número uno. El día que tenga el Fritz 11 y el Chessbase a pleno rendimiento con una base de datos bien actualizada como dios manda, ascendemos fijo; y no como ahora, que anda a puño limpio con esos programas, la opción del análisis infinito y sus antiguas notas de los Informator. Nos cuenta las peripecias que anda para que el ordenador le analice ciertas posiciones en profundidad y hasta Julen que estudia Física de la materia flota!
-Julen, segundo tablero. En el tablero no, pero fuera de él es un pedazo de pan; ni cuando me he equivocado en algún cruce con el coche, ni cuando aparcas a 8km de la sala de juego se queja. Ya quiero ver yo cómo protesta cuando algún profe le suspenda con un 4.75 (si es que ocurre!)
-David, Defcon 3. Un lujo jugar a su lado. Gran jugador, mejor persona. Me quedo con una frase suya de vuelta de Hondarribi tras la última ronda: “Me ha maravillado la biblioteca tan extensa que tienen estos de Marlaxka”.
-Diego, un suplente de 24 kilates, 100% performance. Gran noticia para el club que poco a poco le estemos recuperando tras superar sus trifulcas de ingeniero con límites, integrales y cálculos de engranajes. Pero que digo “poco a poco le estemos recuperando”, ¡¡si ya está enganchadísimo al pasapiezas!!
Por último, felicitar a los Titanes del club que han jugado en el segundo equipo por el ascenso conseguido!
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